Dentro de pocas fechas se celebrará la fiesta de Halloween. A muchos de vosotr@s seguro que os gusta, ¿pero a qué no sabéis cual es el origen de esta tradición?
Lo que hoy conocemos como la Noche de Brujas o Halloween, se celebraba ya hace más de 3000 años por los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Así el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con el Samhaim, una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos, de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de
Halloween al continente americano. Cuando se habla de Halloween
o Día de las Brujas se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y
niños; pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y
alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter
purificador y religioso.
El 31 de octubre es una fecha asociada con
los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos. Estas
características se deben a su cercanía con el día de los difuntos, que originó
la iglesia católica y que se conmemora el 1 de noviembre.
Durante la ceremonia del 31 de octubre los celtas se disfrazaban
con las pieles de los animales sacrificados para sacar del pueblo a los
demonios que los visitaban y poder regresar a la normalidad al día siguiente. Con las cenizas y restos de los sacrificios hacían un rito para
conocer el futuro de los siguientes meses.
Para mantener a los espíritus contentos y alejar a los malos de sus hogares, dejaban comida fuera, una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo que hoy hacen los niños yendo de casa en casa pidiendo dulces.
En próximas entradas os contaré más acerca de esta tradición.
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